Inocuidad Alimentaria

Desafíos de Inocuidad en el Sector Avícola

Las cifras de crecimiento del sector avícola en Colombia son históricas, reflejando un aumento del 4,5 % durante el 2018 y teniendo un 2019 aún más promisorio, gracias al incremento de producción y a las diversas estrategias para incentivar el consumo de esta proteína blanca. No obstante, las amenazas a este sector productivo del país, no se quedan atrás, ya que brotes infecciosos que afectan tanto a los animales como a los consumidores finales, generan pérdidas económicas y problemáticas de salubridad.

Esas pérdidas económicas no solo están relacionadas directamente con la mortalidad de los animales, sino con los costosos tratamientos de antibióticos, planes de vacunación preventivos y los decomisos en las plantas de producción, generando bastante preocupación en los empresarios del sector y a los consumidores.

Para mitigar esta problemática, el INVIMA se ha encargado de establecer estrictos controles de inocuidad en la vigilancia, inspección y control, que abarcan desde la supervisión en las granjas, plantas de producción, centros de distribución y lugar de consumo. Así mismo, tanto FENAVI como FONAV se han preocupado por fomentar la implementación de sistemas de análisis y puntos críticos de control. Todo esto obedece de igual forma, a la creciente preocupación de los consumidores en cuanto a la calidad de los alimentos que ingiere.

LAS TRES ENFERMEDADES MÁS PELIGROSAS PARA LAS AVÍCOLAS

Las enfermedades que se presentan con mayor relevancia en Colombia y que impiden un crecimiento aún mayor en materia de exportación son: Newcastle, Enfermedad de Gamboro y la Salmonella spp. Las dos primeras son de carácter viral y afectan directamente el organismo de los animales y arrojan mortalidades entre el 60% y 100%.

Por otra parte, Salmonella spp es un microorganismo patógeno que causa salmonelosis, la cual reporta más de 1,3 billones de casos clínicos y tres millones de muertes anuales en el mundo. Según datos del Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia, la incidencia de esta enfermedad va en aumento desde el 2008, y por esta razón, es importante resaltar como factor transversal en toda la cadena productiva de la avicultura, la implementación programas de bioseguridad y sanidad, para eliminar los mayores riesgos de contaminación posibles.

LOS VECTORES DE CONTAMINACIÓN

Los principales vectores identificados en la propagación de estas enfermedades infecciosas son el personal y los vehículos automotores involucrados en la cadena de producción. En este sentido, el Programa de Limpieza, Desinfección e Inocuidad (LDI) debe cubrir a cabalidad todas las partes que hacen parte del proceso productivo.

Todo personal debe cumplir con las medidas de salubridad para asegurar la higiene del proceso. Entre estas medidas, se encuentran:

  • Usar el uniforme adecuado, de color claro, limpio y calzado cerrado, de material resistente, los cuales deben ser lavados y desinfectados.
  • Contar con un programa de asepsia de manos que cumpla con las necesidades de higiene.
  • Los empleados no deben presentar afecciones en piel o enfermedades transmisibles Debe establecerse un mecanismo para identificar y controlar operadores con enfermedades o afecciones. Una recomendación es que cada operario declare su condición de salud sin que por ello reciba recriminaciones o sanciones.
  • Recibir capacitaciones en temas de inocuidad como las Buenas Prácticas de Manifactura, o el uso adecuado y almacenamiento de insumos químicos.
  • Baño del personal antes del ingreso a las granjas.

Por otra parte, están los vehículos de transporte, a los cuales se les debe realizar un proceso de higiene tanto externo como interno. En el exterior de los vehículos se forma una acumulación de suciedad por residuos de grasa y polvo que se unen y forman una “película de tráfico”. Y en el interior podemos encontrar toda clase de residuos, como excrementos, pelusas, albúmina, alimentos…etc. Así que, generalmente esta suciedad es orgánica y, por lo tanto, es necesario utilizar un detergente alcalino rico en tensoactivos que disminuyan la tensión superficial y permitan eliminar esta carga orgánica, para terminar con un proceso de desinfección que nos garantice la totalidad de las condiciones LDI.

Asegurar condiciones inocuas de la cadena de producción en el sector avícola no sólo juega un papel fundamental en la sostenibilidad de las empresas y la calidad de alimentos que llegan al consumidor; sino también, son la clave para abrir las puertas de la exportación en un sector productivo que promete aportar un porcentaje significativo al crecimiento del país.

*LDI: Limpieza Desinfección e Inocuidad.

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